Hoy en día y a consecuencia del Smartphone, nos exponemos a una vigilancia diaria a través de las diferentes aplicaciones que poseemos. Por un lado está el GPS del móvil que manda la ubicación de donde nos encontramos y por otro lado están las diferentes aplicaciones que nosotros aceptamos unos permisos para poder utilizarlas y exponer contenido públicamente.
A continuación, os voy a narrar un día en mi vida desde que me levanto, hasta que llego a la universidad.
Al igual que la mayoría de jóvenes la primera acción al levantarme es mirar el WhatsApp, aplicación en la cual estamos vigilados por diferentes sistemas: última conexión, doble tic y el tic azul indicando si la otra persona lo ha leído y cuando lo ha leído.
Otra de las redes sociales que observo nada más levantarme es el Facebook. En ella expongo fotografías las cuales pueden ver todo el mundo. A través de dicha red social, la policía ha actuado de diferentes formas para resolver un caso, por lo tanto también estamos vigilados por la policía.
Cada día acudo en autobús a la universidad y en el estamos observados todos los pasajeros por dos cámaras.
En el trayecto a la universidad, el conductor es vigilado por numerosos radares que controlan el modo de conducción de los diferentes vehículos.
En el trayecto a la universidad, el conductor es vigilado por numerosos radares que controlan el modo de conducción de los diferentes vehículos.
Para finalizar, la llegada a la universidad es vigilada diariamente estando el edificio rodeado por cámaras apuntando a diferentes puntos.
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